Teatro de Papel en el

Museo de Bellas Artes

 

En el marco de la muestra de HUGO JUSTINIANO “PINTURAS” que se expone en la sala “José Negro” del Museo de Bellas Artes se realizará el próximo miércoles 26 de abril a las 20 hs, TEATRO DE PAPEL, actividad gratuita y para todo público y estará a cargo de Marianela Iglesia, quien se refiere al mismo:

 

 

“El kamishibai o teatro de papel es una técnica que surge en Japón después de la segunda guerra mundial. Obreros desempleados en asociación con estudiantes de artes plásticas, cuentan historias en las calles de las ciudades, trasladando una “caja escenario” con imágenes, que montaban en sus bicicletas.

 

Al llegar a una esquina hacían sonar dos maderitas que indicaban que las historias iban a comenzar. Y el cuenta cuentos les vendía golosinas a los chicos.

 

Conocí esta técnica por el Club Argentino de Kamishibai, y Amalia Sato que son quienes vienen desplegándola desde hace varios años con una maravillosa entrega.

 

La primera obra que realicé con el teatro de papel fue “Renacer” que junto a músicos en escena y proyección de las imágenes en una pantalla, contaba la historia de dos amigos iniciando su pubertad.

 

En esta oportunidad contaré el cuento El expreso de la siesta de Rodolfo Walsh, Arabescos de Cristina Iglesia, y dos historias del libro Famili de Emma Wolf, dentro de la muestra de pintura del artista Hugo Justiniano, quien está exponiendo parte de su obra en el Museo.

 

Hugo es para mí un artista inmenso y además coincidimos en la mirada sobre el arte. Creemos que más allá del hecho artístico, EL ARTE es lo que resuena, lo que emociona al otro. Es ese vínculo. Por eso hace algunos años cuento con sus bellísimas imágenes en escuelas, centros culturales, bibliotecas o en la calle.

 

El teatro de papel es para todo público, genera intimidad, como ir a escuchar un secreto, la caja de madera guarda sorpresas, que son las imágenes que se van develando al transcurrir de cada historia. Permite explorar muchas variedades e incluso algunos la usan también con títeres de papel.

 

En los chicos como en los grandes creo que genera lo que al escuchar un cuento nos pasa un poco a todos, una sensación de un momento mágico y fugaz en el que imaginamos aquello que escuchamos y vemos.

 

A mí me da un placer muy grande contar historias porque es la manera de estar en contacto con otros planos de la realidad, me siento cerca de mis abuelos, de mi papá, que aunque no estén físicamente aparecen cuando cuento, y por supuesto de mi infancia, en los chicos que van a escuchar.”